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Proverbios

5:1-23 Un llamado a la fidelidad matrimonial

El desafío inicial del capítulo a la atención con su acostumbrada promesa es más animado que de costumbre (1, 2). El escritor está siguiendo un tema sistemáticamente y se apresura a su real preocupación con la adúltera que debe ser resistida y la esposa con la que uno debe gozarse (3–20). Se resume en los versículos 19, 20, que ponen lado a lado maneras alternativas de cautivar; como los versículos 15–18 llevan hacia el vversículo 19, los versículos 3–14 proveen la base para el versículo 20.

Concluye con un recordatorio del principio moral general de la enseñanza de la sabiduría, que Dios juzga (21), pero ese juicio viene a través de eventos que son consecuencias naturales (22). La advertencia tiene su aguijón en la cola. Se echará a perder (23) es un verbo que significa que el envolverse en el amor de otra mujer antes que en el de su esposa es envolverse en la mortaja de la insensatez.

Así por un lado, el amor de otra mujer puede ser una proposición muy atractiva (3), pero una intriga amorosa terminará ciertamente en terrible dolor (4, 5: la implicación puede ser que su amor no dura, pero aun si lo hace, habrá dolor). Uno debe admitir que ella puede rehusar hacer frente a este hecho (6). Es, por tanto, necesario mantenerse bien lejos antes que correr el riesgo de verse involucrado (7, 8). De otro modo las consecuencias serán pérdida financiera, daño, lamento, soledad y vergüenza (9–14).

Hay una alternativa: aprenda “cómo hacer el amor a la misma persona por toda su vida”. Haga de ella el deleite de sus ojos, su cuerpo y todo su ser (15–19).

El consejo de Proverbios es pasmosamente aplicable a una cultura en la cual el adulterio es común entre los creyentes, quienes se convencen a sí mismos (como el maestro aquí lo contempla) a creer que en su caso es lo mejor. El único problema que el consejo de Proverbios puede parecer suscitar es que está expresado solamente desde el punto de vista de un hombre. Por un lado, la mujer que aquí se describe no debiera ser culpada totalmente: tal vez ella es desesperadamente infeliz en su matrimonio, y comprensiblemente desesperada por escapar de él. Esta es una razón más para ser cautelosos con sus deseos. Por otro lado, los hombres también pueden ser desesperadamente infelices en sus matrimonios, y ansiosos de escapar, y las mujeres deben estar advertidas del equivalente masculino a las presiones femeninas que aquí se describen.


22:17-24:22 La enseñanza de estos dos caps. vuelve al énfasis de los caps. 1–9 al instar al lector a adoptar o evitar ciertas clases de conducta. Los dichos acerca de la vida que son comunes en 10:1–22:16 ya no aparecen, y la mayor parte de las unidades de pensamiento se extienden por varios versículos y no solamente uno. La forma extendida de la enseñanza da espacio para comentar sobre por qué el oyen te debiera obedecer. Algunas versiones facilitan la lectura por dejar un espacio después de cada uno de de los "treinta dichos" (22:20), de modo que es posible ver cómo se dividen.

Los treinta dichos están estrechamente relacionados con una obra egipcia de treinta capítulos, La enseñanza de Amenemope. Esta obra parece fecharse algún tiempo antes de Salomón, y generalmente se considera que Prov. depende de Amenemope y no a la inversa. La disposición a aprender de la sabiduría de otros pueblos refleja la convicción teológica de que el Dios de Israel es Dios de todas las naciones y de toda la vida. No es de sorprenderse por tanto cuando otros pueblos perciben verdades acerca de la vida de las cuales el pueblo de Dios pue de recibir provecho. Los treinta dichos nos animan a utilizar nuestro sentido común en nuestro servicio a Dios. ¡El servicio a Dios no siempre requiere "una palabra del Señor" para que veamos lo que es necesario hacer!

La Enseñanza de Amenemope estaba designada para ofrecer consejo a las personas empeñadas en el servicio público. Los treinta dichos tienen mucho que decir a tales personas también.

Primero, dichas personas deben atender a las percepciones de la sabiduría (22:17–21, donde a fin de que puedas responder palabras de verdad a los que te envían reflejan su tarea como mediadores; 23:12, 13–16, 22–25; 24:3–7, 13, 14). Deben evitar perder tiempo con necios que no harán caso de ellas (23:9). Necesitan fijarse en los buenos ejemplos (22:29) y evitar malas influencias, p. ej. perso nas que puedan darles un ejemplo de iracundia antes que de serenidad, un asunto importante de la sabiduría egipcia (22:24, 25), o personas inclinadas a la rebelión (24:21, 22).

Segundo, como gente común aprendiendo del discernimiento de los sabios, ellos han de recordar la intervención de Dios en sus vida y trabajar y esperar ver resultados (22:19, 23; 23:11, 17; 24:12, 18, 21).

Tercero, han de recordar las exigencias morales de su trabajo, y cuán fácilmente el poder puede ser abusado (22:22, 23, 28; 23:10, 11; 24:8, 9, 15, 16). Pero también necesitan estar precavidos del peligro opuesto, ser descuidadamente indulgentes con personas con dificultades financieras (22:26, 27). Nunca pueden decir: "¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?" (24:11, 12), y su responsabilidad se extiende a sus pensamientos y no sólo a sus palabras y acciones (24:17).

Cuarto, ellos han de recordar el peligro de la autoindulgencia. Puede hacerles olvidar los verdaderos asuntos que les conciernen y su posición, olvidar la transitoriedad de la riqueza, y tomar la amistad de alguien por su apariencia, cuando debiera preguntarse por qué la persona está siendo tan generosa (23:1–9; la idea en el v. 9 es que la amable conversación se trancará en sus gargantas cuando se vea la verdad). Puede hacerles envidiar o inquietarse ante el éxito transitorio de los malhechores (23:17, 18; 24:1, 2, 19, 20). Puede hacerles olvidar cuánto puede malgastarse en la autoindulgencia y cuánto ésta puede enfermarles (23:19–21, que señalan la relación de la autoindulgencia y la pereza, uno de los temas favoritos de la sabiduría; 23:29–35, donde vino mezclado es vino mezclado con sus tancias tales como la miel, el equivalente a nuestros cocteles). Puede hacerles ceder a la tentación del sexo fuera del matrimonio (23:26–28). Enfrentar la presión revelará de qué material están realmente hechos (24:10).