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Ester

9:20–22 El origen de Purin puede leerse desde el versículo 20 al 32. Un festival que fuera a continuar necesitaba la autenticación escrita. La Pascua, la fiesta de las Semanas (Pentecostés) y los Tabernáculos fueron establecidos en el calendario litúrgico por la ley de Moisés (Dt. 16:1–17); Mardoqueo añadió la fiesta de Purim. Decretó que en el día 14 y el día 15 de Adar se celebraran cada año en agradecimiento por la liberación de la amenaza de su exterminio, que tenía sus paralelos con la liberación de la esclavitud bajo el Faraón en el éxodo (Sal. 106:10; Lc. 1:71). La Pascua y Purim hablan de la tristeza cambiada en alegría y el duelo en celebración. Mardoqueo ordenó que la hospitalidad generosa, con mención especial de cuidar a los pobres, debía marcar la festividad con abundante generosidad.

9:23-28 Lo que el autor aún no ha explicado es el nombre de Purim, por lo tanto da un resumen del complot de Amán. Tenía que ver con echar el pur o “suerte”, una palabra que no se encuentra en el hebreo. Encontrar un dado con la palabra puru ha confirmado ahora el significado de la palabra, por lo tanto reivindicando la veracidad del autor del libro. El echar suertes para determinar fechas era una práctica establecida mucho antes en el Cercano Oriente, pero en esta ocasión no resultó como el que sería el ganador quiso. La adopción de la palabra Purim (pur con el final hebreo -im), “suertes”, fue entonces un claro repudio del “destino”, porque el destino no había dado la respuesta correcta al que creía en él. Los judíos habían probado una vez más que ellos conocían el mejor camino de la vida. Por esta razón era imperativo que cada familia de cada generación celebrara la festividad, y no dejar que desapareciera.

9:29–32 El peso de la autoridad de la reina Ester se añadió al de Mardoqueo: La reina Ester… suscribió o “decretó”. En aquel entonces se necesitaba autorización escrita para establecer las leyes en todo el imperio. Cada provincia tenía su copia auténtica del edicto real, debidamente sellado, para que nadie pudiera pretextar su ignorancia. Ayunos y clamor no habían sido mencionados desde 4:16, pero hacerlo ahora es un recordatorio de uno de los temas del libro, y el medio por el cual Ester encontró confianza para aceptar su papel como líder. Por lo tanto, el ayuno se menciona en la recapitulación al final de la historia, pero no es probable que el ayuno haya sido parte de la liturgia original del Purim. El énfasis sobre el festejar es demasiado enfático. Sin embargo, sin el ayuno no hubiera habido festividad. Fue escrito en un libro, probablemente en esta ocasión la referencia legal a los libros de Susa. Los eventos que se registraron fueron bien autenticados y documentados.