4:5–12. Hechos 4:12 dice "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos."
Hechos 4:5–12. Después de haber pasado la noche en prisión, Pedro y Juan fueron llevados delante de los líderes judíos de la nación. La pregunta que enfrentaron (¿con qué poder, o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?) podría ser parafraseada: “¿Quién les dio autoridad para hacer esto?”, lo que en el fondo significaba: “¿Quiénes se creen ustedes que son?” La reacción de las autoridades en el versículo 13 señala que no esperaban una respuesta sustancial; en cuanto al templo y la religión judía, no había en la tierra una autoridad superior a la del sumo sacerdote, que estaba presente.
La pregunta probablemente se refería a la enseñanza y proclamación que produjo el problema según Hechos 4:2. La vaguedad de los términos, sin embargo, permitió a Pedro retroceder al bien hecho, la curación. Todo el episodio, al fin y al cabo, se produjo sólo porque Pedro explicó la curación a la multitud entusiasmada.
En los versículos 10, 11 tenemos una vez más la otra cara del tema expuesto en Hechos 2:23, 24 y 3:15. Como en esos pasajes, el énfasis no se pone sobre la maldad de las acciones humanas sino más bien sobre el hecho de que la decisión negativa fue derrotada y revertida por la autoridad final, que es Dios.
La respuesta a la pregunta aparece en el versículo 12, donde Pedro afirmó que hay una autoridad superior a la del sumo sacerdote: no hay otro nombre, debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.